Gabriel Salvador, antes de nacer, y por treinta y ocho semanas fue PalínFën, una semilla que volvía a la tierra y comenzaba nuevamente un ciclo de germinación, siendo que de alguna mágica forma él ya había vivido antes una vida.



Semilla, otra vez... La primera historia...


martes, 20 de diciembre de 2011

Hijo, Gabriel de tambor y danza…

En esta fecha tan importante para el mundo occidental, occipital y mercantil, conviene reflexionar acerca de las cosas realmente importantes. Resaltar y extraer lo efectivamente positivo de la vida. Obviar aquello que no es menester y creer en lo objetivamente necesario.
Tras mucho vagar por los caminos de los años puedo, a estas alturas, orientar mi andar, recuperar mi espacio y tener opinión, que en suma es algo realmente necesario, como orinar. Sabrás pronto que las cosas fundamentales son las cosas humanas. Que lo que nos aqueja no se resuelve de rodillas en el templo, sino de pie dando la batalla. Como decía anteriormente, las cosas de los hombres son las de primer orden, esto es lo prioritario, lo necesario, lo urgente y necesario. El resto ya es de otro o ningún orden.
Puedo enumerar, según la experiencia de cuatro décadas de ensayo y error, aquello de primer orden, que se puede resumir en una primera palabra: belleza.
Sabrás prontamente de la madrugada, del canto de los pájaros, del cansancio y del sueño. Hay algo más hermoso que la mañana? Ver como el Sol ilumina a todos por igual. Observar como asoma su rostro gentil desde la cordillera. Como trae el calor a esta fría humanidad. Hijo, corre siempre las cortinas para ver si la mañana ha llegado. Ten la virtud de esperar y no que la mañana llegue sin que estés preparado ni propiamente vestido para tan sigilosa ocasión. La mañana y su viento fresco es algo bello, inicial y de un gran valor artístico. Sé capaz de sentir la brisa matutina. Busca la mañana.
Caminar, caminar. Existen muchos caminos por transitar. No existe un camino que esté completamente recorrido. Siempre hay un bicho distinto que observar, una piedra que esquivar o un calor que absorber. Caminando puedes llegar a cualquier parte, menos a Roma; porque a Roma llegas preguntando o en avión. “Caminando, caminando voy buscando libertad”, cantó Víctor. O caminando hacemos camino, dijo Machado. Mientras se pueda andar, caminamos; lento, pero cualquier cosa es mejor que estar detenido mientras la vida transcurre y las empresas de la salud se enriquecen.
Como te anunciaba, los problemas humanos los tenemos que resolver nosotros, los humanos. Acá no hay dioses ni ánimas ni nada. No hay divinidad ni superhéroe capaz de ayudarnos a resolver los problemas de este jardín humano. El Chapulín ya no está en condiciones de salvarnos. Ten en cuenta, como premisa fundamental en estos asuntos, que el problema no son los pobres sino la pobreza. A su vez, en una esfera superior inversa, el otro problema no es la riqueza sino los ricos. Las luchas de los hombres se revuelven en el pensamiento. Se resuelven en las calles, en las barricadas de la dignidad. En las ideas están las batallas más memorables. No se trata de abrazar una ideología sino que dentro de las ideas propias forjar un pensamiento que te guíe, que te incite en la búsqueda de la justicia, del valor y de lo incierto, además. He aquí algo realmente importante: la justicia, el amor por lo justo, lo sutil. La conciencia del deber. Cosa somera y tangencialmente importante.
Hijo. No duermas más de la cuenta. Sólo lo necesario para reponer la energía del andamiaje de vivir el día a día. Mientras duermes la vida continúa afuera. Los procesos no se detienen. Despertar y estar atentos a la mañana. Saber observar y mirar el entorno inmediato. Lo que nos sirve y lo que debemos desechar. El ambiente nos puede mejorar o empeorar. Y es aquí donde deben fluir nuestros valores más acérrimos de verdad y justicia, de amor y tolerancia. Descansa sí de andar y caminar, pero lo justo. Recuerda siempre que hay un mundo afuera esperando por ti y esperando que hagas algo por tu vida y la de los demás. Abre los ojos y atención al infrarrojo, dijo alguna vez Matta.
Realiza sustancialmente aquello que te hace feliz. Estudia para ser mejor en lo que gustes. Pedalea sin descanso tu bicicleta y corre sin marañas tus zapatillas. Si quieres correr detrás de una pelota, hazlo. Cualquier deporte aunque sea imperialista va en beneficio de tu salud. Toca instrumentos diversos, pinta con los pinceles de la memoria, dibuja tus sueños. Hagas lo que hagas, persevera en su aprendizaje y sé mejor cada día. No importa el resto. Plantéate tus metas diarias y ve tras ellas. Ser una mejor persona es siempre necesario, por uno mismo y por los demás. Ten en cuenta que todo lo que hacemos deja su huella en la tierra y ésta nos pasará la cuenta algún día. Nada se paga en el cielo porque en sí divinamente no existe. La tierra nos espera para devolvernos como materia en otra cosa.
Viaja y conoce tus raíces. Recorre tu patria con admiración de pequeño genio. Mira los paisajes que alguna vez fueron nuestros. Empápate de Chile como de una lluvia del sur. Recoge los mensajes de las canciones que nos hablan de la vida en esta tierra, en este idioma, el castellano nuestro, el de cada día, con nuestros ritmos mestizos. Evade la lengua infernal extranjera con la que nos quieren dominar. Céntrate en esta faja de pan, tierra y dolor que es Chile. Vístete de historia chilena al son del cultrún y de la primavera linda de la libertad.
Con esto es bienaventurado comenzar tu aprendizaje, pequeño e inquieto Gabriel. Cuatro décadas buscando el centro y aún no sé si es Santiago o San Bernardo.
Son estos días en que se me pone la piel de gallina cuando te veo crecer. Cuando veo tus avances de independencia, tu carácter de araucaria majestuosa. Se me erizan los pelos cuando te veo descubrir el mundo. Cuando divagas por momentos, cuando sonríes con tus ojos y tu rostro entero. Si eras tú, PalínFën, tan sólo hace casi ocho meses. Hoy eres un terremoto valdiviano, un volcán del Caulle, un huracán en la habitación.
Entonces, toma de la vida lo realmente necesario y cree en lo justo y en las personas. Estas son las prioridades. La vida es una prioridad. Despierta, descansa, viaja, canta, sueña, mira cada mañana desde el ángulo de la madrugada aunque dios no ayude a aquellos que nos levantamos temprano. Ayúdate que dios no te ayudará, dijo Vicente. Las cosas de segundo o tercer o ningún orden déjalas para los otros. La creencia en dios o en vírgenes remotas o de yeso, en ángeles o curas o santos o de animitas de cartón piedra o cemento; o más aún de aquella imagen roja obesa capitalista de barba blanca es de segunda importancia. En realidad y en estas fechas ni nunca tiene alguna importancia… céntrate en lo necesario, hijo.

Te amo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario